Colombia es un país ampliamente reconocido en el mundo por su riqueza natural y cultural, así como por su extensa geografía, conformada por cinco regiones biogeográficas continentales que se funden con el océano Pacífico a lo largo de la costa occidental y con el océano Atlántico en su costa noreste a través del gran mar Caribe. Estas dos macrocuencas sostienen de forma directa a cerca del 39 % de la población colombiana (CCO, 2018).
Este patrimonio natural constituye un gran desafío ya que, para establecer estrategias que permitan el desarrollo económico y a su vez aseguren la preservación de los ecosistemas, es necesario estudiar y comprender el territorio en su contexto económico, biológico, social y cultural. En consecuencia, el país ha logrado grandes avances para abordar la gestión integral del territorio marítimo mediante la consolidación de diversas políticas públicas tales como la Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares (PNAOCI), la Política Nacional del Océano y los Espacios Costeros (PNOEC) y, más recientemente, el CONPES 3990 «Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030». También cabe destacar la formulación de los Intereses Marítimos Colombianos (IMC), un instrumento estratégico que sintetiza los ejes fundamentales de desarrollo de la nación para lograr «el océano que queremos», en consonancia con el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
En virtud de lo anterior, la Comisión Colombiana del Océano (CCO) proyectó en el año 2014 el Plan Nacional de Expediciones Científicas Marinas (PNEC) como una estrategia para fortalecer la integridad y proyección territorial, el desarrollo económico, la gobernanza y el uso sostenible de los recursos, a través de la generación de conocimiento integral del territorio marino-costero de Colombia. Para esto, el PNEC se fundamenta en la implementación de un modelo de cooperación intersectorial que permite articular las capacidades institucionales a partir del encuentro misional de los sectores de defensa, ambiente, productivo, academia, privado y civil, entre otros.
Es fundamental destacar que, gracias a un exhaustivo análisis, se ha logrado determinar que a través de los diversos proyectos de investigación llevados a cabo en el marco del PNEC se ha generado información sumamente valiosa que contribuye al fortalecimiento de 10 de los 18 IMC. A su vez, este conocimiento tiene el potencial de aportar significativamente al logro del 52 % de las metas establecidas por la PNAOCI, así como al 28 % de las líneas de acción definidas por la PNOEC y el 24 % de las acciones planteadas por el CONPES 3990,
Estas cifras, por supuesto, tienen la posibilidad de aumentar de manera proporcional a la ejecución de las expediciones. De igual forma, la consolidación del enfoque de coordinación territorial del PNEC ha garantizado que las comunidades locales participen de forma directa en su desarrollo, reconociendo el valor y la importancia de su conocimiento tradicional y de sus autoridades territoriales. De esta forma se ha asegurado que estas comunidades se familiaricen y se beneficien de los proyectos de investigación llevados a cabo como herramientas para fortalecer sus procesos de gobernanza, gestión territorial y progreso socioeconómico.
Así las cosas, el presente boletín tiene como objetivo presentar de forma concisa los principales resultados de la Expedición Científica Seaflower 2021-II Isla Cayos de Bajo Nuevo. En este sentido, es menester reconocer el esfuerzo y el compromiso no solo de la CCO, sino de entidades como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación a través de su programa «Colombia Bio», la Armada de Colombia, la Dirección General Marítima, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y la Universidad Nacional de Colombia, así como las diferentes instituciones de la CCO que conforman la Mesa Técnica Nacional Seaflower, quienes desde su profesionalismo y capacidades garantizaron el desarrollo exitoso de la novena expedición científica a la Reserva de Biósfera Seaflower.
También es importante destacar el trabajo realizado por los 25 investigadores, quienes consolidaron los resultados finales y permitieron conformar este interesante documento de divulgación científica que, con el apoyo y decidido compromiso de la casa editorial Puntoaparte, permitirá la generación y difusión de nuevo conocimiento científico marino de nuestro país marítimo bioceánico.
Entendiendo que el mar no solo es un cuerpo de agua, sino también una fuente vital que proporciona empleo, sustento, energía, así como desarrollo económico y social, desde la Secretaría Ejecutiva de la CCO continuamos trabajando de manera coordinada con las diferentes entidades del Gobierno nacional, la comunidad académica y la población civil, con la firme convicción de seguir contribuyendo a la consolidación de Colombia como una potencia bioceánica en beneficio de todos los colombianos.
Capitán de Navío Juan Camilo Forero Hauzeur
Secretario Ejecutivo de la Comisión Colombiana del Océano